Sorprendente primer descenso del Río Singuil (Narracion del punto de vista deportivo y personal)
Como todos los años que regreso a Tucumán uno de mis objetivos deportivos es descender
alguna sección nueva o, mejor aún, un río nuevo. Hasta una semana antes de que mi estadía se
acabara en Tucumán, ya había logrado descender dos secciones nuevas para mí: La primera,
fue el primer descenso en el Río Los Sosa desde El Aluvión hasta la entrada de La Heladera, de
unos 800 metros de largo. La segunda, fue el Segundo descenso en el Río Pueblo Viejo desde
Los Piletones hasta la central hidroeléctrica. Estaba contento pero no satisfecho con lo que
hasta ese punto estaba siendo mi temporada en Tucumán.
Hace 2 años, paseando por el Dique Escaba, vi por primera vez el Río Singuil, recuerdo que
caminé una hora río arriba para ver si tenía algún rápido pero no encontré nada...
En esta nueva visita, unas dos semanas antes de que se termine mi estadía en Tucumán,
conduje mi auto junto al kayakista checo, Mira Kodada, hasta la entrada del Río Las Cañas
(Primer Descenso en el 2014). Como este río no tenía agua suficiente, decidimos ir a explorar
detenidamente la confluencia que forma el Río Singuil y observarlo desde lo alto del cañón,
que por suerte tiene un camino que permite su apreciación en determinados puntos.
Durante mi última semana en Tucumán me preparaba para competir en el Sosa Fest, la
competencia de Kayak más importante y en ascenso de Tucumán, pero por motivos
burocráticos se tuvo que suspender. A este punto ya comenzaba a sentir una frustración de
tener que irme sin poder disfrutar más de los ríos y a esto se sumaba que el nivel de los ríos
estaba bajando. Ese mismo día vimos en el pronóstico que se anunciaba lluvia en el área del
Río Singuil: !Sí! esta es una señal, dije, y no podíamos desperdiciarla. Así que, otra vez,
cargamos todo en el auto junto a Diego Budeguer, Dori y Mira y nos fuimos a dormir a la entrada del río
con la esperanza de que el pronóstico del tiempo no se equivoque, porque cuando llegamos
esa tarde al río no tenia suficiente agua. De camino informamos a los demás integrantes del
grupo que todavía estaban en la ciudad (Colo Parra, Gabriel Zingale, Mauro Ruani y Ángel Trigo) de que a pesar de
cualquier circunstancia deberían estar a las 10 am en la entrada de río. Vale remarcar que con
auto se demora unas tres horas y media y con Camioneta dos horas debido a las condiciones
del camino.
Esa noche nos fuimos a dormir bajo las estrellas cuando de repente en medio de la noche el
ruido del agua nos despertó a todos. A la mañana siguiente el río estaba unos 6 o 7 cm más
alto. En ese mismo momento llamé al resto del equipo que ya venía en camino a toda
máquina.
A las 10am ya estaban reunidos los dos grupos al pie del Singuil. A las 11 horas ya estábamos
en el agua con unos 30 km adelante de nosotros por ser explorados. Diego, Gabriel, Colo, Mira
y yo fuimos remando. Mauro, Ángel y Dori hicieron la logística con los vehículos, ellos tenían
una tarea muy importante que era encontrar una salida en el punto más cercano de la ruta con
el río, más o menos en la mitad del recorrido que se podía ver en el mapa.
Durante la exploración nos encontramos con una situación inesperada, en la cual todos nos
asustamos mucho y que también aprendimos de este accidente que pudo tener consecuencias
peores. En los primeros kilómetros, comencé a notar que a cada uno de nosotros nos costó
encontrar el orden en la fila por no poder mantener la misma velocidad de bajada. En un
punto vi a Colo que me pasó a mí y luego superó a Diego en el momento en el que paraba en
un “eddy” (remolino), y en ese momento noté que quedó segundo y muy cerca de Mira quien
hasta ahí venía abriendo línea. Justo en ese punto el río se cerraba mucho y el tamaño de las
piedras no permitía maniobras. Instantáneamente presentí algo incomodo por la situación así
que paré y, mientras lo hacía, logré ver a Mira parar en un eddy muy pequeño y un poco
exaltado movía su mano de manera horizontal repetidas veces (en realidad esta no es una
señal oficial pero se entiende entre kayakeros que hay algo absolutamente terrible o puede
estar pasando). Así que en ese mismo momento, mientras yo salía de mi kayak a gran
velocidad, como piloto de formula uno que abandona su monoplaza en llamas, conseguí ver a
Colo, seguido de Diego, desaparecer detrás de una piedra gigante por no haber podido parar.
Lo mas rápido y con mil cosas que pasaban por mi cabeza fui río abajo a ver en qué situación
estaban. Primero, vi a Diego que aparentaba estar bien, le pregunté inmediatamente dónde
estaba Colo, quien resultó estar detrás de una piedra y milagrosamente también corría la
misma suerte. Seguí caminando para ver el rápido y no parecía nada limpio porque el agua
formaba un salto de un metro que chocaba con una piedra, formando una curva de 90 grados
que volvía a chocar con otra piedra... ¡Horrible! Así que les dije a todos pasar el rápido
caminando. Todos quedamos sorprendidos de la suerte que tuvieron pero teníamos que
calmarnos y seguir. Si bien lo acontecido no terminó en una desgracia, impidió a parte del
equipo finalizar la segunda parte de la exploración que contemplaba el cruce de los dos
cañones restantes. Del tirón de orejas no se iban a salvar una vez fuera del río y de hablar de lo
sucedido para que no vuelva a pasar.
Después de 3 horas encontramos al resto del grupo que habían hecho una excelente labor
para encontrar la salida a mitad del recorrido.
Para mis compañeros y yo que esto quedará en la memoria de todos y sin dudas lo
recordaremos por siempre. Hoy puedo decir que mi temporada 2016 en Tucumán fue
excelente, épica e histórica.
Descenso en kayak del Río Singuil. (Narracion desde el punto de vista descripcion del rio)
La semana santa del 2016 nos trajo el descubrimiento un río fantástico para el desarrollo de
Kayak que se suma a la lista de los grandes ríos tucumanos. El Río Singuil es esta nueva
plataforma para desarrollar deportes náuticos y simplemente apreciar su naturaleza. El mismo
se puede recorrer con varios niveles y cuenta con rápidos de clase 4, 5 y hasta clase 6,
dependiendo del caudal que acompañe sus 30km de extensión.
El Singuil tiene tres cañones. El primero es el más aislado de la ruta y el más largo, el segundo
cañón probablemente es el más bonito y el tercero es donde hay que tener más precaución
debido a su angosta salida. La otra alternativa que el río nos da, con su ruta del lado derecho,
es la posibilidad de descender cada uno de los cañones por separado. Terminando en el
embalse del Dique Escaba, en el departamento de Alberdi.
En nuestra expedición tuvimos un bajo caudal y nos llevo unas 6 horas para recorrerlo
completo y encontramos rápidos clase 4. Seguramente en el futuro, con más agua, el tiempo
será menor pero los rápidos serán mayores con muchos clase 5 y hasta clase 6. La misma
expedición se dividió en dos etapas, diferenciadas por la cantidad de kayakistas que pudieron
terminar las mismas. En la primera etapa se realizó la exploración del primer cañón del Singuil
y contó con la presencia del equipo “Kayakeros de Tucumán” y el complemento internacional
de Kazuto de Japón y Mira Kodada de República Checa. Mientras que en la segunda etapa, que
contó con algunas bajas sensibles dadas por las dificultades de la travesía, se concluyó el
descubrimiento del segundo y tercer cañón.
Si bien el Singuil cuenta con la supremacía de los tres cañones, a 400 metros de haber iniziado
el descenso desde el unico puente que cruza el rio entre la localidad de Singuil y Balcosna. Ya
comienza a mostrar una belleza increíble donde la pendiente se hace notable. Con piedras
grises y betas blancas, como si fueran hechas por el salpicado de un pincel, el fondo forma una
misma piedra multicolor, producto de la erosión de miles de años y el aporte de arena lo
diferencia del resto de los ríos tucumanos.
El primer cañón es el más largo. Cuenta con muchos rápidos y saltos de dos, tres y cuatro
metros. Rápidos continuos de clase 3 y 4 y un par de rapidos que con el kayak al hombro y
caminando entre piedras los pudimos sortear. Seguramente, con mejores condiciones hídricas,
alcanzan la clase 5. En la segunda parte de la expedición encontramos dos nuevos cañones. Al
segundo lo llamamos el Cañón Rosa por el color de las paredes. Creo que nunca he visto un
cañón que sea sólo de color rosa. El Cañón Rosa cuenta con unos rápidos muy divertidos. El
último y tercer cañón es un poco más largo que el anterior pero con una hermosura similar.
Tiene dos cascadas bellísimas, de unos cincuenta metros cada una, que aportan un poco mas
de agua por el lado izquierdo del río. También tiene mayor pendiente, rápidos un poco más
técnicos y un segmento donde no hay forma de detenerse a contemplar ya que la única opción
es seguir río abajo, lo cual lo hace un poco aterrador.
Quisiera invitar a remadores de toda la argentina y el mundo a conocer esta meca del kayak
que año tras año tiene más para ofrecer en el menú .
Como todos los años que regreso a Tucumán uno de mis objetivos deportivos es descender
alguna sección nueva o, mejor aún, un río nuevo. Hasta una semana antes de que mi estadía se
acabara en Tucumán, ya había logrado descender dos secciones nuevas para mí: La primera,
fue el primer descenso en el Río Los Sosa desde El Aluvión hasta la entrada de La Heladera, de
unos 800 metros de largo. La segunda, fue el Segundo descenso en el Río Pueblo Viejo desde
Los Piletones hasta la central hidroeléctrica. Estaba contento pero no satisfecho con lo que
hasta ese punto estaba siendo mi temporada en Tucumán.
Hace 2 años, paseando por el Dique Escaba, vi por primera vez el Río Singuil, recuerdo que
caminé una hora río arriba para ver si tenía algún rápido pero no encontré nada...
En esta nueva visita, unas dos semanas antes de que se termine mi estadía en Tucumán,
conduje mi auto junto al kayakista checo, Mira Kodada, hasta la entrada del Río Las Cañas
(Primer Descenso en el 2014). Como este río no tenía agua suficiente, decidimos ir a explorar
detenidamente la confluencia que forma el Río Singuil y observarlo desde lo alto del cañón,
que por suerte tiene un camino que permite su apreciación en determinados puntos.
Durante mi última semana en Tucumán me preparaba para competir en el Sosa Fest, la
competencia de Kayak más importante y en ascenso de Tucumán, pero por motivos
burocráticos se tuvo que suspender. A este punto ya comenzaba a sentir una frustración de
tener que irme sin poder disfrutar más de los ríos y a esto se sumaba que el nivel de los ríos
estaba bajando. Ese mismo día vimos en el pronóstico que se anunciaba lluvia en el área del
Río Singuil: !Sí! esta es una señal, dije, y no podíamos desperdiciarla. Así que, otra vez,
cargamos todo en el auto junto a Diego Budeguer, Dori y Mira y nos fuimos a dormir a la entrada del río
con la esperanza de que el pronóstico del tiempo no se equivoque, porque cuando llegamos
esa tarde al río no tenia suficiente agua. De camino informamos a los demás integrantes del
grupo que todavía estaban en la ciudad (Colo Parra, Gabriel Zingale, Mauro Ruani y Ángel Trigo) de que a pesar de
cualquier circunstancia deberían estar a las 10 am en la entrada de río. Vale remarcar que con
auto se demora unas tres horas y media y con Camioneta dos horas debido a las condiciones
del camino.
Esa noche nos fuimos a dormir bajo las estrellas cuando de repente en medio de la noche el
ruido del agua nos despertó a todos. A la mañana siguiente el río estaba unos 6 o 7 cm más
alto. En ese mismo momento llamé al resto del equipo que ya venía en camino a toda
máquina.
A las 10am ya estaban reunidos los dos grupos al pie del Singuil. A las 11 horas ya estábamos
en el agua con unos 30 km adelante de nosotros por ser explorados. Diego, Gabriel, Colo, Mira
y yo fuimos remando. Mauro, Ángel y Dori hicieron la logística con los vehículos, ellos tenían
una tarea muy importante que era encontrar una salida en el punto más cercano de la ruta con
el río, más o menos en la mitad del recorrido que se podía ver en el mapa.
Durante la exploración nos encontramos con una situación inesperada, en la cual todos nos
asustamos mucho y que también aprendimos de este accidente que pudo tener consecuencias
peores. En los primeros kilómetros, comencé a notar que a cada uno de nosotros nos costó
encontrar el orden en la fila por no poder mantener la misma velocidad de bajada. En un
punto vi a Colo que me pasó a mí y luego superó a Diego en el momento en el que paraba en
un “eddy” (remolino), y en ese momento noté que quedó segundo y muy cerca de Mira quien
hasta ahí venía abriendo línea. Justo en ese punto el río se cerraba mucho y el tamaño de las
piedras no permitía maniobras. Instantáneamente presentí algo incomodo por la situación así
que paré y, mientras lo hacía, logré ver a Mira parar en un eddy muy pequeño y un poco
exaltado movía su mano de manera horizontal repetidas veces (en realidad esta no es una
señal oficial pero se entiende entre kayakeros que hay algo absolutamente terrible o puede
estar pasando). Así que en ese mismo momento, mientras yo salía de mi kayak a gran
velocidad, como piloto de formula uno que abandona su monoplaza en llamas, conseguí ver a
Colo, seguido de Diego, desaparecer detrás de una piedra gigante por no haber podido parar.
Lo mas rápido y con mil cosas que pasaban por mi cabeza fui río abajo a ver en qué situación
estaban. Primero, vi a Diego que aparentaba estar bien, le pregunté inmediatamente dónde
estaba Colo, quien resultó estar detrás de una piedra y milagrosamente también corría la
misma suerte. Seguí caminando para ver el rápido y no parecía nada limpio porque el agua
formaba un salto de un metro que chocaba con una piedra, formando una curva de 90 grados
que volvía a chocar con otra piedra... ¡Horrible! Así que les dije a todos pasar el rápido
caminando. Todos quedamos sorprendidos de la suerte que tuvieron pero teníamos que
calmarnos y seguir. Si bien lo acontecido no terminó en una desgracia, impidió a parte del
equipo finalizar la segunda parte de la exploración que contemplaba el cruce de los dos
cañones restantes. Del tirón de orejas no se iban a salvar una vez fuera del río y de hablar de lo
sucedido para que no vuelva a pasar.
Después de 3 horas encontramos al resto del grupo que habían hecho una excelente labor
para encontrar la salida a mitad del recorrido.
Para mis compañeros y yo que esto quedará en la memoria de todos y sin dudas lo
recordaremos por siempre. Hoy puedo decir que mi temporada 2016 en Tucumán fue
excelente, épica e histórica.
Descenso en kayak del Río Singuil. (Narracion desde el punto de vista descripcion del rio)
La semana santa del 2016 nos trajo el descubrimiento un río fantástico para el desarrollo de
Kayak que se suma a la lista de los grandes ríos tucumanos. El Río Singuil es esta nueva
plataforma para desarrollar deportes náuticos y simplemente apreciar su naturaleza. El mismo
se puede recorrer con varios niveles y cuenta con rápidos de clase 4, 5 y hasta clase 6,
dependiendo del caudal que acompañe sus 30km de extensión.
El Singuil tiene tres cañones. El primero es el más aislado de la ruta y el más largo, el segundo
cañón probablemente es el más bonito y el tercero es donde hay que tener más precaución
debido a su angosta salida. La otra alternativa que el río nos da, con su ruta del lado derecho,
es la posibilidad de descender cada uno de los cañones por separado. Terminando en el
embalse del Dique Escaba, en el departamento de Alberdi.
En nuestra expedición tuvimos un bajo caudal y nos llevo unas 6 horas para recorrerlo
completo y encontramos rápidos clase 4. Seguramente en el futuro, con más agua, el tiempo
será menor pero los rápidos serán mayores con muchos clase 5 y hasta clase 6. La misma
expedición se dividió en dos etapas, diferenciadas por la cantidad de kayakistas que pudieron
terminar las mismas. En la primera etapa se realizó la exploración del primer cañón del Singuil
y contó con la presencia del equipo “Kayakeros de Tucumán” y el complemento internacional
de Kazuto de Japón y Mira Kodada de República Checa. Mientras que en la segunda etapa, que
contó con algunas bajas sensibles dadas por las dificultades de la travesía, se concluyó el
descubrimiento del segundo y tercer cañón.
Si bien el Singuil cuenta con la supremacía de los tres cañones, a 400 metros de haber iniziado
el descenso desde el unico puente que cruza el rio entre la localidad de Singuil y Balcosna. Ya
comienza a mostrar una belleza increíble donde la pendiente se hace notable. Con piedras
grises y betas blancas, como si fueran hechas por el salpicado de un pincel, el fondo forma una
misma piedra multicolor, producto de la erosión de miles de años y el aporte de arena lo
diferencia del resto de los ríos tucumanos.
El primer cañón es el más largo. Cuenta con muchos rápidos y saltos de dos, tres y cuatro
metros. Rápidos continuos de clase 3 y 4 y un par de rapidos que con el kayak al hombro y
caminando entre piedras los pudimos sortear. Seguramente, con mejores condiciones hídricas,
alcanzan la clase 5. En la segunda parte de la expedición encontramos dos nuevos cañones. Al
segundo lo llamamos el Cañón Rosa por el color de las paredes. Creo que nunca he visto un
cañón que sea sólo de color rosa. El Cañón Rosa cuenta con unos rápidos muy divertidos. El
último y tercer cañón es un poco más largo que el anterior pero con una hermosura similar.
Tiene dos cascadas bellísimas, de unos cincuenta metros cada una, que aportan un poco mas
de agua por el lado izquierdo del río. También tiene mayor pendiente, rápidos un poco más
técnicos y un segmento donde no hay forma de detenerse a contemplar ya que la única opción
es seguir río abajo, lo cual lo hace un poco aterrador.
Quisiera invitar a remadores de toda la argentina y el mundo a conocer esta meca del kayak
que año tras año tiene más para ofrecer en el menú .
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